martes, 24 de enero de 2017

LAS COTORRAS: Una plaga "silenciosa"

Se calcula que hay 27.000 ejemplares de cotorras en España, con un crecimiento exponencial que podría alcanzar los 20.000 ejemplares al año. ¿Quieres conocer las ciudades más afectadas y el riesgo que acarrea esta plaga?



La especie

Según las estimaciones de SEO BirdLife, la Sociedad Española de Ornitología, la población de este tipo de ave invasora asciende hasta los 27.000 ejemplares, estando la mayoría de ellos distribuidos en ciudades y territorios de climatología cálida.

Esta especie, de origen tropical, pone al año una media de 5 o 6 huevos en primavera, lo que resultaría suficiente para acarrear un incremento exponencial de las colonias, llegando a aumentar hasta 20.000 ejemplares cada año. Este tipo de ave puede ser transmisora de diferentes enfermedades tanto para la fauna, como para el ser humano. Entre ellas, por ejemplo, la psitacosis, una dolencia con síntomas similares a los de la neumonía.



La plaga “silenciosa”

Ciudades como Madrid, dónde se calcula están presentes casi la mitad de todas las que habitan en España, así como Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Málaga, Cádiz o Santa Cruz de Tenerife son algunas de las más afectadas.

Las cotorras están consideradas una especie invasora que origina importantes daños a su alrededor cuando no están controladas, lo que unido a la ausencia de medidas de control para atajar el problema por parte de las administraciones, puede agravar la situación y tener consecuencias negativas para la salud y la higiene ambiental.



Por otro lado, en los últimos años se ha detectado un descenso considerable de otro tipo de especies autóctonas a medida que la población de cotorras ha ido en aumento. El motivo es que la cotorra supone una competencia directa para otras aves a la hora de buscar el alimento. Las colonias de gorriones, por ejemplo, ha decrecido entorno a un 7% de media en toda España ya que la superioridad física, de volumen, fuerza y resistencia de vuelto de las cotorras es considerablemente superior.



Finalmente, destacar que la presencia masiva de esta plaga que ha ido creciendo de manera “silenciosa”, provoca mucho ruido debido a su canto constante y ensordecedor, generando además suciedad alrededor de sus nidos. Esto puede llegar a traer graves problema de salubridad e higiene en las ciudades donde están presentes.




Causas del crecimiento sin control

Aunque no se puede determinar con exactitud las causas del crecimiento tan elevado de esta especie en las ciudades, desde ANECPLA se apunta hacia su capacidad de super adaptación y a una combinación de diferentes factores como las principales hipótesis.

Por un lado, la facilidad cada vez mayor, para las cotorras de alimentarse en los casos urbanos o núcleos poblaciones y, por otro, la ausencia real de depredadores a los que estas deban enfrentarse.
Esto, sumado al aumento de abandonos de ejemplares por parte de particulares que los adquieren como mascotas y que terminan cansándose de ellos por sus constantes cánticos, puede haber influido de manera determinante en el crecimiento descontrolado de este ave que, además, es especialmente longeva pudiendo llegar a vivir hasta más de dos décadas.



Desde ANECPLA se reclaman medidas preventivas y de control adecuadas, instando a la Administración a que adopte medidas de control profesional y permanente en el tiempo que pongan fin al constante aumento de esta especie invasora. Como medidas más concretas propone el control y la retirada de huevos en la época de anidación (sobre todo durante el invierno), así como la captura y reducción del número de ejemplares adultos.

Sólo con la intervención de empresas de control de plagas y sanidad ambiental especializadas en aves, que cuentan con los medios técnicos necesarios y con profesionales debidamente formados, se puede alcanzar una gestión sostenible de esta situación.

Fuente: Publicado en ANECPLA, el 20 de octubre de 2016 http://www.anecpla.com/blog-anecpla-385#.WIdCkxvhCM8




Solamente a favor de las cotorras se puede decir que en las palmeras que sirven de anidamiento a las cotorras no padecen del ataque y acoso del picudo rojo Rhynchophorus ferrugineus.

La cotorra argentina, Myiopsitta monachus: https://es.wikipedia.org/wiki/Myiopsitta_monachus

http://www.loromania.com/informacion-myiopsitta-monachus.html


Las imágenes las he obtenido tras una búsqueda en Google Imágenes por "Myiopsitta monachus". Agradezco a sus autores por compartirlas en la red.


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