lunes, 21 de marzo de 2016

Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa

Los científicos y responsables de la gestión forestal saben que 2015 podía ser el año de la procesionaria. No se muestran extrañados de que cada vez se vean más ‘cuerdas’ de orugas en caminos, senderos, e incluso en los parques de los núcleos urbanos. «Los datos de seguimiento de la procesionaria que recabamos desde hace bastante tiempo nos indican que los máximos poblacionales se producen cada cinco años. El último repunte fue en 2010, por lo que ahora era previsible el incremento de la plaga», afirma el profesor de Ecología de la Universidad de Granada, José Antonio Hódar, especialista en procesionaria que trabaja en colaboración con el Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada.

Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  


En la mayoría de los pinares de las zonas de media y baja altitud se pueden observar bolsas de  seda de color blanco que se sitúan entre las ramas de los árboles. En su interior viven miles de pequeñas orugas que, de forma extremadamente voraz, se alimentan de las acículas (hojas) de los pinos. Al llegar la primavera, las orugas bajan hasta el suelo y caminan en largas filas (de ahí la denominación de procesionaria) para encontrar un lugar donde enterrarse y permanecer en forma de ‘pupa’ hasta que en el verano, con el calor, se produce su transformación final y se convierte en una mariposa nocturna, Thaumetopoea pityocampa, que volará hasta los pinos para poner sus huevos e iniciar un nuevo ciclo vital.

Esta especie de lepidóptero heterócero (de hábitos crepusculares) es el causante de la destrucción de grandes masas forestales de la península Ibérica, Italia y norte de África. En la provincia de Granada la defoliación de pinares a causa de esta plaga supera ya la cifra de 12.000 hectáreas.


Clima

El cambio climático es uno de los factores que influyen en el incremento de las poblaciones, pero sobre todo en que la procesionaria se encuentre cada vez a mayor altitud en Sierra Nevada. Hódar, señala que  en pinares de zonas medias, como los situados en el área del Trevenque, hay procesionaria a causa de la subida  gradual de las temperaturas. Pero la principal causa del repunte de la plaga en la provincia es la mala salud de algunos de los bosques de coníferas que se plantaron hace medio siglo, en los que casi no hay matorral autóctono, los árboles están muy juntos y débiles, «terreno abonado para la oruga». La forma de atacar la plaga es la naturalización de los bosques. Los trabajos de reducción de la densidad de los pinares y las plantaciones de especies autóctonas y matorral ha reducido el avance de la procesionaria en grandes áreas, especialmente en Sierra Nevada, donde el parque Nacional y Natural mantiene una línea de investigación y aplicación de soluciones científicas desde hace más de una década, entre ellas, favorecer la presencia de organismos depredadores de las larvas y mejorar la salud de los bosques para que el pino tenga más defensas contra el ataque de una mariposa que ha defoliado millones de hectáreas en el sur y sureste de Europa.

Las repoblaciones forestales realizadas la primera mitad del siglo XX no tuvieron en cuenta la existencia de una pequeña mariposa nocturna, un lepidóptero, Thaumetopoea pityocampa, que iba a convertirse en uno de los grandes problemas de las masas forestales de la península Ibérica, Italia y el norte de África. Este insecto, conocido por todos en su fase de oruga como Procesionaria del pino, ha provocado ya la defoliación de millones de hectáreas en todo el arco meridional y más de 10.000 en la provincia de Granada, donde la totalidad de las masas forestales de repoblación, desde la costa a Sierra Nevada, desde el poniente al noreste, son potenciales objetivos de esta especie, que empieza a crear problemas con el final del invierno y la llegada de la primavera. El peligro está ahí, acecha a la espera de unos días de calor.

Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  


En los bosques, las típicas bolsas de seda blanca entre las ramas de los pinos, están cargadas de larvas que desde semanas antes se han estado alimentando de las hojas (acículas) de los pinos hasta acabar con ellas. Con la llegada del calor, las orugas abandonarán las bolsas y el pino, para llegar hasta la tierra, donde caminan, en fila india (de ahí el nombre de procesionaria) hasta encontrar un lugar adecuado para enterrarse y permanecer en otra de sus fases de crecimiento, la pupa, hasta el verano, momento en que saldrá la mariposa que volará hasta el pino para poner sus huevos, de los que saldrán las larvas y comenzar un nuevo ciclo en el que el el pinar es la víctima.

"Hasta ahora se había pensado que la única manera de combatir la plaga era mediante las fumigaciones masivas de grandes áreas de pinar y la retirada manual de los bolsones en zonas más reducidas", dice el profesor de Ecología de la Universidad de Granada, José Antonio Hódar, que junto a un equipo de especialistas de este departamento, ha puesto sobre la mesa que las fumigaciones no llegan a solucionar el problema "y provocan daños graves en el entorno natural sobre el que se realizan. Solo matan a la larva si se hacen cuando aún son pequeñas y están poco desarrolladas, y sí afectan negativamente a la flora y fauna de toda la zona". Afirma que los datos que les ha aportado la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en los últimos años, demuestran que en los pinares donde se han realizado fumigaciones aéreas, unos años después, la presencia de procesionaria es similar a la que existe en pinares que no han sido tratados con insecticidas. "Con los datos que hemos obtenido queda claro que la fumigación no es una buena estrategia para combatir a la procesionaria, al menos como se han hecho los tratamientos hasta ahora". 
Las conclusiones de los científicos granadinos va a suponer una revolución en cuanto a la forma de atacar la plaga y las estrategias a seguir en un futuro inmediato.


No matan los pinos.

Durante décadas la batalla contra las procesionarias en los municipios y comarcas con grandes masas forestales se ha hecho año tras año con una gran inversión de dinero y se han llegado a utilizar métodos tan drásticos como disparar cartuchos de perdigones y postas con escopetas para abatir las bolsas más altas. Los métodos manuales, donde se podían realizar, eran cortar las ramas para después quemarlas en hogueras, lo que conlleva un evidente peligro de incendio. "Los responsables de la gestión forestal deberían tener en cuenta que dejar a la naturaleza seguir su curso es el método más efectivo".

Bolsón de la Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  


Bosques autóctonos

La forma más efectiva de acabar o controlar la plaga de procesionaria es la eliminación de los pinares de repoblación. Algo tan drástico no es mal visto por los especialistas y los responsables de la gestión forestal, que ya trabajan en la reducción de las áreas de pinar en favor de vegetación autóctona, de la regeneración de los bosques mediterráneos con encinas, quejigos y matorral. La menor cantidad de pinos con especies arbustivas en el suelo reduciría considerablemente la propagación de la procesionaria. Las labores de limpieza, clareo y plantación de especies autóctonas en los bosques andaluces favorecerán la disminución de la plaga, aunque por el momento, debido a que el cambio climático, en general, provoca inviernos más cálidos, la presencia de procesionaria crece.


No acercarse y no tocar

Los pelos brillantes de las larvas producen urticarias graves en la piel humana
Con las orugas hay que tener un especial cuidado. Producen unos pelillos brillantes, blancos, que son urticantes. "No hace falta tocar a la larva para que podamos tener problemas de ronchas, con solo pasar por un pinar infectado pueden caernos pelillos encima y aparecerán las ronchas", dicen los especialistas, que indican que al contrario de lo que ocurre con otros tipos de toxicidad, el contacto reiterado no produce inmunidad, sino todo lo contrario. Cuanto más contacto se tiene más propensa se hace la persona a sufrir males más graves como dificultades respiratorias, llagas en ls mucosas y otras patologías.



Por este motivo los responsables forestales deben tener un especial cuidado en las zonas más frecuentadas por los ciudadanos, como las áreas recreativas, donde los especialistas sí creen que deben mantenerse las fumigaciones y las cortas manuales.


Enemigos naturales

Pájaros insectívoros e invertebrados parásitos acaban con las orugas
La mejor forma de combatir y mantener controladas las poblaciones de procesionarias es fomentar la presencia de sus enemigos naturales, de depredadores que se alimentan con las larvas. En los bosques mediterráneos hay un tipo de pájaros insectívoros, los páridos, que hacen verdaderos estragos en las bolsas de procesionarias. Los más activos son los carboneros, una pequeña ave que puede verse en casi todos los pinares. Atrapan las orugas mientras comen entre las hojas de los pinos, e incluso abren las bolsas con lo que pueden llegar otros más pequeños, como los herrerillos. Aves de mayor porte, como los Críalos, también se alimentan con las orugas. Han desarrollado un sistema que les permite expulsar los pelos urticantes después de comerse la larva. Cuando se entierran tienen otro ave que les ataca, las abubillas, que localizan las pupas enterradas y las extraen con su pico, largo y curvo.
José Antonio Hódar, indica que los invertebrados parasitoides son los principales enemigos de las procesionarias, diminutos insectos, dípteros e himenópteros, que llegan a poner sus huevos en las orugas. Cuando eclosionan las larvas se alimentan de las orugas desde dentro, por lo que mueren. "Hoy sabemos que los más importantes son los parásitos que actúan sobre los huevos".


Mariposas de la Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  



Ciclo y datos

Invierno: Las larvas, nacidas en el verano, pasan los meses fríos en sus bolsones situados en las ramas de los pinos, salen fundamentalmente de noche para alimentarse.

Primavera: Al final del invierno abandonan los pinos para formar procesiones que tienen como objetivo enterrarse para iniciar la fase de ?pupa’.

Verano: De la tierra salen las mariposas, que volarán hasta los pinos para poner los huevos. La mariposa es poco conocida porque solo vive 24 horas.

Pupa enterrada de la Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  


Bolsas: Están formadas por hilos sedosos en los que viven entre 100 y 200 larvas
Recuperación: Los pinares se recuperan cuando las procesionarias comprueban que están muy débiles y pasan unos años sin atacarles para que se recuperen.

En este momento, y a pesar de los tratamientos antiplagas que se han realizado en años anteriores, la plaga de procesionaria puede llegar a afectar a miles de ejemplares. Muchos de ellos quedarán seriamente tocados y con una mínima esperanza de vida.

Los responsables de control de plagas de los parques naturales afirman que desde hace unos años se han establecido campañas de lucha contra la plaga, que se pensaba que estaban dando resultados positivos, pero que este año la situación se ha recrudecido, debido, fundamentalmente, a las condiciones atmosféricas y climatológicas.


Nitrógeno

Los tratamientos fitosanitarios han podido hacer poco ante un importante incremento de nitrógeno en las hojas de los pinos, favorecido por las condiciones meteorológicas y por cuestiones atmosféricas. Un biólogo de la Universidad de Granada, Regino Zamora, descubría el pasado año que una mayor concentración de nitrógeno en las agujas de los pinos provocaba un crecimiento de la plaga. A mayor alimento en las hojas mas facilidades para el desarrollo de las orugas de la procesionaria. Los efectos de los insec ticidas se han visto contrarestados por la mayor facilidad de las orugas para alimentarse y continuar su desarrollo, hacer sus nidos y convertirse en mariposas, que después pondrán sus huevos para continuar con su ciclo reproductivo una temporada tras otra.

Los expertos de la Delegación de Medio Ambiente señalan que los tratamientos contra la plaga sólo pueden acometerse durante el inicio del otoño, fecha en la que  el insecto se encuentra en una fase en la que puede ser atacado con insecticidas. Ahora sólo se puede  luchar con medios mecánicos, es decir, talando las partes de masa vegetal de cada pino que se encuentra afectada por los grandes nidos, aunque algunos biólogos consideran que no es necesaria la tala si se puede quitar el nido, ya que esa parte del pino volverá a crecer.

Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  



Métodos de lucha

Trampas de feromonas. Se trata de capturar machos mediante la utilizaciónb de feromonas sintetizadas de la hembra. Se les atrae y caen en las trampas. sólo es viable en espacios con escasa incidencia de la plaga.

Destrucción de los bolsones por medios físicos o químicos. Se puede realizar a principios del invierno. El tratamiento químico contra los bolsones se hace por pulverización.

Pinos como trampa. Es un método que consiste en atraer a los insectos hacia una zona específica de pinos separados del resto, se infestan y después se tratan estos pinos en concreto.

Inhibidores. Es la utilización de productos químicos que provocan la inhibición del crecimiento.


Depredadores naturales

El mejor método de lucha es la introducción en los pinares de depredadores naturales, siempre que no supongan, en sí mismos, un peligro a la larga, para la masa arbórea. Los principales depredadores y los más efectivos son, entre las aves, los carboneros y los herrerillos, dos pájaros insectívoros especialmente voraces con la procesionaria. 

Entre los mamíferos se pueden utilizan llirón careto y murciélagos.
Hormigas, cigarras y avispas también atacan directamente a la procesionaria.
La muerte de pinos puede favorecer el crecimiento de plantas autóctonas.
La presencia de una plaga de procesionaria no tiene que ser negativa al cien por cien. Esta especie se ceba fundamentalmente en pinares de repoblación, que a su vez han provocado la imposibilidad de crecimiento de especies autóctonas mediterráneas como multitud de arbustos, encinas y robledales.

Procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa  


Los botánicos consideran que si en una zona de pinar mueren algunos ejemplares, dejará huecos que podrán ser colonizados rápidamente por arbustos autóctonos y, más tarde, por árboles que favorecen la regeneración de los suelos y crean zonas de mayor humedad, lo que dificulta, entre otras cosas, la propagación de los incendios.

En el caso de que los espacios destruidos no sean colonizados por otras plantas, el problema es grave, ya que se favorece la erosión de los suelos y la evaporación de agua.

La lucha contra la plaga por medios químicos no es recomendable en las masas de pinares autóctonos, ya que puede afectar a estos árboles que, desgraciadamente son pocos. Se recomienda la utilización de medios mecánicos para retirar los nidos, pero sin utilizar un viejo método empleado durante muchos años en toda la geografía española, dispararles con escopetas, ya que dispersa aún más la plaga.


Peligros

Urticante: Las orugas de las procesionarias, con su cuerpo cubierto de largos pelos, son peligrosas ya que son urticantes. No es necesario el contacto directo. Cuando se sienten amenazadas pueden lanzar sus pelos sedosos al aire. Sobre la piel provocan picores e incluso eccemas persistentes, pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta y reacciones alérgicas intensas. Hay que tener un especial cuidado para que los niños no las toquen.


Procesionaria, la otra cara 

A partir de mayo empezarán a volar de nuevo ejemplares de "Thaumetopoea pityocampa", una mariposa nocturna que todos conocemos, en su fase de oruga, como "procesionaria del pino". Hacen sus nidos en los árboles y se alimentan de sus agujas y brotes. Cuando su número es excesivo se convierten en una plaga. A su paso, dejan un panorama desolador de pinos esqueléticos y enfermos. Pero aunque el efecto visual es muy dramático, muchos de estos árboles volverán a brotar incluso con mayor fuerza. También atacan a cedros y abetos.




Anteriormente se ha dicho que no es adecuado disparar con escopeta los bolsones, pues dispersa más la plaga. Pero esto se puede convertir en una lucha efectiva, si se utilizan balines insecticidas que al impactar en el bolsón, dispersa el insecticida dentro del mismo, causando la muerte a todas las orugas. Así convertimos un deporte en una lucha específica sobre la plaga de la procesionaria.



Para más información sobre este tema, consultar en http://www.lapistadelsinsectes.eu/products-and-services/balin-insecticida/



Ver el tratamiento de unos pinos contra la procesionaria del pino con este método mediante este video https://www.youtube.com/watch?v=ZRetU1mnywM



Todas las fotos está obtenidas tras una búsqueda en Google Imágenes por"  Thaumetopoea pityocampa". Agradezco a sus autores por compartirlas en la red.  

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